Nadie es inmune a un resbalón después del baño. Sin embargo, son los adultos mayores los que más sufren las caídas, y en muchas ocasiones pueden sufrir lesiones graves, secuelas y limitaciones funcionales. En este libro de decimos cómo adecuar baños para adultos mayores, así se pueden prevenir accidentes y mejorar la calidad de vida. ¡Comenzamos!

El baño de un adulto mayor debe ser espacioso. Incluso si los ancianos aún tienen la capacidad de caminar, es importante considerar el uso de silla de ruedas y la posibilidad de un cuidador al dimensionar los espacios, dicen los profesionales.

Un baño accesible para sillas de ruedas bien diseñado y espacioso también mejora la circulación, evitando caídas y lesiones por golpes.

La primera preocupación debe ser cómo se puede acceder al baño. Un camino despejado sin barreras ni objetos sueltos como alfombras o zapatos es fundamental para evitar tropezar o interrumpir el tráfico desde una silla de ruedas.

Por la noche, agregar fuentes de luz camino al baño, con interruptores bien ubicados, también es vital para la seguridad.

La puerta del baño debe poder abrirse fácil e intuitivamente y tener al menos 80 centímetros de ancho. Las perillas de palanca son más simples que aquellas que requieren girar el mango. Quitar las cerraduras puede facilitar el acceso si es necesario para una emergencia. 

Es imprescindible que el piso esté hecho de un material antideslizante. Algunos expertos sugieren que los baños tengan colores contrastantes, por ejemplo las paredes o el suelo pueden contrastar con los sanitarios, para evitar confusiones a los adultos mayores con visión reducida.

Debido a la reducción del tono muscular en los ancianos, un inodoro más alto puede facilitar el movimiento de sentarse y especialmente levantarse. Por lo tanto, se recomienda que los inodoros sean un poco más altos que la altura convencional, lo que se puede lograr "encajando" el inodoro existente. Deben llegar a tener unos 46 cm de alto y estar bien sujetos al piso o la pared.

Las barras de apoyo generalmente deben ser de aluminio o acero inoxidable y deben estar firmemente aseguradas a la pared.

Suelen instalarse cerca del inodoro y también de la ducha, entre 1,10 y 1,30 metros de altura. Si el baño es demasiado grande, se prefiere instalar barras de seguridad en las paredes vacías que conducen a estos dos puntos estratégicos del baño.

La cabina de la ducha debe tener al menos 80 centímetros de ancho, mientras que las bañeras deben evitarse por la dificultad de entrada y salida. Se recomienda prever espacio para una segunda persona, normalmente un cuidador, para asistir a los mayores cuando sea necesario.

Otro elemento importante es un taburete de apoyo plegable, que debe estar a unos 46 cm del suelo.

Los timbres, las alarmas y los botones de emergencia son importantes en caso de que la persona mayor necesite señalar un problema. Es importante colocar este dispositivo en un lugar muy accesible cerca del piso para que pueda usarse incluso cuando no hay posibilidad de levantarse. Otra solución disponible es la instalación de sensores en las habitaciones y en el propio ocupante, mediante la automatización.

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