Sean ustedes bienvenidos a una nueva historia de cultura automotriz. Hoy nos adentraremos en la vida y obra de una de las personalidades más destacadas de la industria automotriz. Se trata de Jay Ohrberg. 

Nacido en Illinois, Estados Unidos, Ohrberg tiene sus inicios laborales como camionero, recorriendo el extenso y zigzagueando tramado de carreteras de su país natal. Allí fue donde todo comenzó: horas de reflexión y planes detrás del volante de su camión.

No pasaron muchos años hasta que dio rienda suelta a su creatividad. Sus diseños tenían como protagonista a los coches, a la cultura norteamericana y a cierta exclusividad. Ohrberg no diseñaba coches de serie, para el día a día, sino que su pasión lo conducía a idear mundos posibles: vehículos raros, únicos, rebuscados; obras de arte.

Mediante su reconocido taller, Jay Ohrberg Star Cars, él fue el mentor de varias piezas clásicas del cine. Por ejemplo, el Batimóvil de “Batman Returns” fue obra suya, la van de los “Cazafantasmas” fue obra suya, el coche de "RoboCop" fue obra suya. Y la lista continúa. 

Es en dicho taller dónde nace la idea de crear el coche más largo jamás fabricado. Corría el año 1986. Basado en un Cadillac Eldorado, con fecha de fábrica en 1976, el constructor puso manos a la obra. Su idea era crear un coche de 100 pies de longitud.

Y lo logró. “The American Dream” -así bautizó al coche- cuenta, entre otras cosas, con una piscina, una cama de agua king size y un helipuerto en su zona trasera que se convierte en cancha de minigolf cuando no está aparcado el helicóptero. Ohrberg tuvo en cuenta el carácter lúdico de la cultura estadounidense a la hora de desarrollar el sueño americano.

Al salir del garaje de Ohrberg, el coche era una realidad de 10 toneladas, dos motores de 8 cilindros, 26 ruedas, una articulación central para el viraje y dos puestos de conducción. 

Su nombre no es azaroso. Cadillac, en sus años de gran esplendor y expansión -post segunda guerra-, fue una de las empresas que instituyeron el concepto American Dream. La casa, el coche espacioso, el jardín delantero, la educación para la totalidad de los niños, la estabilidad financiera y matrimonial, la llegada de la televisión a cada hogar; todo ello representaba la sencilla frase “sueño americano”, en contraposición a la Europa devastada y empobrecida por la Segunda Guerra.

Lo cierto es que este coche que entró en los Record Guinness en 1986, con el tiempo cayó en pena y desuso en un galpón de Nueva Jersey. Hasta que en 2019 fue adquirido para ser restaurado, como sospecharán, en un laborioso trabajo parte por parte.

Hasta aquí, una nueva historia de cultura automotriz, donde se entremezcla coches, fascinación por la forma de vida de un país y creatividad. Hasta la próxima, amigos y amigas.  

Doctorando en Comunicación (U.N.L.P.). Redactor y traductor. Aprendí a escribir antes que a caminar. Me fascinan los coches porque son una mixtura de cultura, ciencia y diseño. Especialista en Porsche y en cine.+ info

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