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Colores neutros con toques de sorpresa, muebles a medida, piezas vintage y recuerdos de viajes componen una vivienda ecléctica y atemporal.
Mirando el portfolio de Tiffany Thompson, nadie diría que el diseño de interiores no fue su elección inicial de carrera. "Entré en el diseño mientras trabajaba en marketing en Nike", dice la decoradora con sede en Portland, Oregón (Estados Unidos). "Después de remodelar una oficina allí, me pidieron que decorara las oficinas de algunos de los vicepresidentes y se convirtió en un pasatiempo secundario". Hace tres años, Thompson dio el salto y lanzó su propia firma, Duett Interiors. Recientemente, la contrataron para decorar la casa de la madre de un amigo en Oakland, California. El cliente, ejecutivo de una empresa de tecnología y comprador de vivienda por primera vez, se había mudado de Nueva York al Área de la Bahía para estar cerca de sus hijos y nietos. Se instaló en una residencia de estilo Tudor de 230 metros cuadrados y cuatro dormitorios de la década de 1920, muy lejos del ático de cristal supercontemporáneo en el que había estado viviendo.
"El lugar estaba en excelentes condiciones y no requería ninguna renovación, pero era una decoración en blanco y muy básico", recuerda Thompson. "Decidimos divertirnos un poco y jugar con el color y la textura".
Además de inyectar un poco de vida en el hogar, Thompson quería transmitir una sensación de calidez así que recurrió a trucos para hacer una decoración cálida. "Esta casa está destinada a servir como telón de fondo para crear recuerdos con su familia", dice ella. "Es un lugar donde pueden reunirse y pasar el rato, por lo que la comodidad también estaba en la parte superior de la lista. Y aunque mi cliente compró recientemente esta propiedad, parece que podría haber estado en la familia durante años". Para realzar esta idea de una historia desgastada por el tiempo, Thompson evitó la pintura mate y optó por el yeso y el lavado de cal en todas partes. "Las paredes ya tenían un poco de textura, ya que la casa es bastante antigua, así que simplemente continuamos con esa apariencia", explica.
En cuanto al mobiliario, se empezó desde cero, seleccionando una interesante combinación de muebles a medida y contemporáneos junto con accesorios e iluminación antiguos, además de algunas piezas destacadas que aluden al amor por viajar del propietario. Una mesa pintada a mano y una linterna de latón de Marruecos añaden carácter a una habitación de invitados; una mesa de cóctel de ónix y roble de Portugal se combina con un aparador de cuero y latón de Sudáfrica en la sala de estar; y otro hallazgo sudafricano, un sofá de terciopelo y plumas de avestruz, llama la atención en el dormitorio principal, un espacio sereno cuyas paredes y techo están adornados con un yeso rosado suave. "Mi cliente ama Marruecos , Sudáfrica, y Europa, por lo que esta es una forma de traer algunos de sus lugares favoritos", dice Thompson.
De hecho, la paleta general, que presenta una combinación de colores con toques de azul, naranja, verde y rosa, también se inspiró en la afinidad del propietario por explorar el mundo, así como en los vibrantes murales que se encuentran en el vecindario. "Creo que encontramos un buen equilibrio entre la vida moderna y complementamos la historia y el estilo de la residencia", dice. Pero también, "a medida que que el propietario continúe viajando, agregará más obras de arte, colecciones y artículos antiguos al espacio, razón por la cual dejamos algunas de las paredes desnudas", explica Thompson. "En lugar de completar un proyecto al 100 por ciento, prefiero dejarlo un poco sin terminar y permitir que el cliente dé los toques finales".
Vía: ELLE Decor US